La visibilidad atrajo al SERNAC como patrocinador institucional y abrió las puertas a las inversiones, auspicios y donaciones. Así, una comunidad de primeros creyentes hizo posible llevar esta historia a rodaje

Hacer una película siempre implica una cuota de fe. Comenzamos con una idea, un conflicto moral y la intuición de que vale la pena contarlo, incluso antes de tener los recursos para levantar una sola escena. Así nació la campaña de crowdfunding de Que Se Acabe Todo. No buscábamos solo financiamiento; sino también señales, pequeñas luces que nos dijeran que el proyecto tenía un lugar en la conversación pública.

Y esas luces aparecieron. Más de cuarenta personas se sumaron desde el primer día. No porque la meta estuviera cerca, sino porque sintieron que esta película hablaba de algo que los tocaba personalmente: el abuso de poder, la precariedad, el costo humano de la corrupción. 

En palabras de algunos de nuestros crowdfunders: 

“Gracias por darme una oportunidad de poder aportar un granito de arena. Encantado de poder participar en hacer posible la realización de una obra chilena”, dice Nicolás Torres. 

“Un verdadero honor poder apoyar esta tremenda obra que ayudará a no olvidar lo maquiavélico que puede llegar a ser el ser humano por el poder y el dinero”, agrega Valentina Acuña.

Lo cierto es que la campaña no logró costear la película. Pero mientras lidiábamos con cómo conseguir el resto del financiamiento, ocurrió algo inesperado: la campaña se convirtió en noticia nacional. Más de 10 millones de personas vieron o escucharon sobre la película; estuvimos en diarios, radios, televisión e incluso terminamos en dos portadas. El proyecto empezó a circular de una forma que jamás hubiéramos conseguido solos. 

Gracias a la  enorme visibilidad, el Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC), figura clave para destapar el caso en el que se inspira la película, decidió sumarse como patrocinador institucional. El interés de los medios, el tema de la película y la conversación que se abrió en redes hicieron que el SERNAC quisiera apoyar la iniciativa, amplificando el alcance y legitimando un proyecto que todavía estaba en proceso. 

Ese impulso abrió puertas. Gracias a la cobertura, al trabajo del equipo y al eco que generó la campaña, comenzaron a llegar auspicios, patrocinios y donaciones que finalmente hicieron posible rodar Que Se Acabe Todo. En retrospectiva, la campaña fue el punto de partida de algo mucho mayor que un crowdfunding: el respaldo de una comunidad, una conversación nacional y una ola de apoyo que permitió transformar un proyecto en una película real.

Por eso queremos finalizar agradeciendo a quienes fueron los primeros en creer en nosotros. Sus nombres son parte del origen de esta película, parte de su ADN, parte de su memoria.

Javiera Gomez; Isaias Gonzalez; Erasmo Menares; Julio Aguilera; Cristian Riquelme; Asociación de Consumidores Informados y Conscientes – ACIC; Carolina Chacón; Loreto Egaña; Allyson Cid; Ciro García; Ciro García; Eduardo San Martín; Nicolás Torres; Francisco Reyes; Nicolás Frias; Matías Quevedo; Claudia Vilches; Milenka Montt; Cintia Heredia González; Virginia Candia; Valentine Aranda; Vicente Gildemeister; Juan Morales Vásquez; Romina Azócar; Juan Peribonio; Renato Vergara; Verónica Gutierrez; Leopoldo Quintano; Arelis Uribe; Nicolás Vassallo; Luis Cortés; Kira Sepúlveda; Matías Armijo; Gastón Gutierrez; Macarena Cabello; Claudia Díaz; Silvia Troncoso; Claudia Portilla; Paloma Libano; Nathalia Da Costa; Bernardo Catrilaf; Hernán Bucarey; Damian Arnes; Claudia Avendaño; Sergio Muller; Cristóbal Fernández; Andrés López; María Pugliese; Fernanda Petersen; María Teresa Uson; Daniela Miranda; Carolina Castillo; Valentina Acuña; Gabriela Vilches.